Cuando se habla de thrash metal, los nombres de siempre reinan el podio: Metallica, Slayer, Megadeth, Anthrax. Y aunque su legado es indiscutible, su gigantesca sombra ha opacado a otras bandas que, sin tener los reflectores encima, ofrecieron riffs asesinos, velocidad sin freno y una actitud que, muchas veces, superaba en crudeza y honestidad a los grandes del género.
Surgidos en pleno apogeo del thrash californiano, Vio-lence desató una furia imparable con su debut Eternal Nightmare (1988), una descarga salvaje de riffs entrecortados y voces histéricas. Rob Flynn, quien más tarde fundaría Machine Head, ya mostraba su furia creativa. Aunque nunca lograron el estrellato, su influencia es innegable en la escena groove y moderna.
Olvídate del "Big Four", Demolition Hammer llevó el thrash a su punto de ebullición más extremo. Su álbum Epidemic of Violence (1992) es considerado una joya de culto por su precisión técnica, brutalidad sin concesiones y energía casi deathmetalera. ¿Por qué no son tan famosos? Quizás fueron demasiado pesados… incluso para el thrash.
Suizos, oscuros y técnicos. Coroner fue como el Rush del thrash: complejos, atmosféricos y adelantados a su tiempo. Con discos como No More Color o Mental Vortex, demostraron que se puede ser brutal e inteligente al mismo tiempo. Su infravaloración se debe a su perfil bajo y a su estilo difícil de clasificar.
Pioneros del thrash europeo, Artillery ofreció una combinación única de agresividad con melodía. By Inheritance (1990) es un álbum que rivaliza con lo mejor del género, con guitarras afiladas como cuchillas y una producción brillante. Nunca tuvieron la distribución ni el apoyo que merecían.
Formados en California y conocidos por tener a Steve DiGiorgio en el bajo (Death, Testament), Sadus mezclaba thrash con elementos progresivos y técnicos. Sus composiciones eran rápidas, intrincadas y peligrosas. Swallowed in Black es un viaje salvaje que sigue sonando fresco y devastador.
Virtuosismo técnico, letras futuristas y una voz aguda como navaja. Toxik fue una anomalía dentro del thrash con álbumes como Think This, que mezclaban ciencia ficción, crítica social y una ejecución instrumental impecable. Quizás demasiado sofisticados para la escena de su tiempo.
Pioneros del thrash británico, Sabbat inyectó misticismo, mitología y un aura esotérica a su propuesta. Con discos como History of a Time to Come, se posicionaron como una banda culta y cruda, pero fueron ignorados en una escena dominada por lo más comercial.
Desde las entrañas de Sydney, Mortal Sin se atrevió a competir con los gigantes norteamericanos y europeos. Mayhemic Destruction (1987) es un clásico perdido lleno de velocidad y actitud. Pese a su calidad, nunca lograron penetrar fuera de su país.
¿POR QUÉ FUERON OLVIDADAS?
Las razones son muchas: falta de apoyo discográfico, mala promoción, estar en el país o momento equivocado, o simplemente no entrar en los moldes del thrash "mainstream". Pero para los verdaderos junkies del sonido crudo, estas bandas son tesoros que merecen ser redescubiertos.
EL VERDADERO UNDERGROUND NO MUERE
Si el thrash es la furia pura contra el sistema, el olvido de estas bandas es casi un acto de traición. No dejes que el algoritmo decida lo que escuchas. Explora. Escarba. Redescubre. El thrash vive en cada riff olvidado.
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