Cuando el ruido se convirtió en arte, y el caos sonoro en protesta, nació un sonido imposible de ignorar. Desde la oscuridad canadiense emergió una de las bandas más inquietantes, vanguardistas y transgresoras del panorama musical: Skinny Puppy. No solo definieron el industrial moderno, sino que pavimentaron el camino para generaciones enteras de músicos que vieron en la distorsión y el grito una nueva forma de poesía.
ORÍGENES: DE LA EXPERIMENTACIÓN AL RITUALFormada en Vancouver, Canadá, en 1982, Skinny Puppy fue el fruto de la visión sonora de Kevin Crompton (cEvin Key) y Kevin Ogilvie (Nivek Ogre). Influenciados por el synthpop de la época y los sonidos rupturistas de Throbbing Gristle y Cabaret Voltaire, los dos Kevins querían algo más que hacer bailar: querían perturbar, provocar e incomodar.
Su primer lanzamiento, el EP Back & Forth (1984), grabado de forma casera, ya mostraba una propuesta única: atmósferas electrónicas densas, letras crípticas y una imaginería que oscilaba entre lo distópico y lo grotesco. Luego llegó Remission (1984) y el impactante Bites (1985), que afianzaron su lugar como pioneros de un nuevo tipo de oscuridad electrónica.
ASCENSO: DEL UNDERGROUND AL CULTO GLOBAL
Durante la segunda mitad de los 80, Skinny Puppy se convirtió en un referente del industrial junto a Ministry, Front 242 y Nine Inch Nails. Pero a diferencia de estos últimos, Puppy siempre mantuvo un pie en el arte performático más extremo y el activismo político, enfocándose en temas como el maltrato animal, la alienación tecnológica, las guerras, y la adicción.
Álbumes como Mind: The Perpetual Intercourse (1986), Cleanse Fold and Manipulate (1987) y VIVIsectVI (1988) no solo consolidaron su estilo, sino que crearon una estética sonora y visual que sería influencia directa para artistas como Trent Reznor, Marilyn Manson y The Prodigy.
En el escenario, Ogre canalizaba a un profeta apocalíptico: sangriento, teatral, casi ritualista. Las presentaciones en vivo de Skinny Puppy eran experiencias multisensoriales, llenas de imágenes shock, videos perturbadores y máscaras surrealistas.
DECLIVE Y TRAGEDIA: EL PRECIO DEL ARTEA principios de los 90, la relación entre Ogre y Key comenzó a deteriorarse, principalmente por los problemas de adicción de Nivek Ogre y tensiones creativas internas. La situación se volvió insostenible durante la grabación del álbum The Process (1996), una obra marcada por el conflicto con la discográfica American Recordings y la fractura emocional del grupo.
El golpe más devastador llegó el 23 de agosto de 1995, cuando Dwayne Goettel, tecladista y cerebro sónico detrás del sonido más complejo de la banda, murió de una sobredosis de heroína en su casa de Alberta. Tenía solo 31 años. El álbum se completó de forma póstuma y fue lanzado en 1996, sirviendo como epitafio de una era y de la banda misma.
DISOLUCIÓN, LEGADO Y REENCUENTROTras la tragedia, Skinny Puppy se disolvió. Ogre trabajó con artistas como KMFDM y lanzó proyectos solistas. cEvin Key se enfocó en su banda Download, además de dirigir el sello Subconscious Communications, dedicado al experimental electrónico.
Sin embargo, el silencio no duró para siempre. En 2000, Key y Ogre se reconciliaron y comenzaron a trabajar juntos nuevamente. En 2004 lanzaron The Greater Wrong of the Right, marcando el retorno de Skinny Puppy con un sonido más pulido pero aún visceral. Le siguieron álbumes como Mythmaker (2007), HanDover (2011), Weapon (2013) y Parasite (2023), mostrando que el espíritu de la banda sigue mutando, resistiendo, incomodando.
En 2023, durante su gira de despedida "Final Tour: Skinny Puppy: Last Rights", la banda se despidió de los escenarios, cerrando un ciclo con una devoción que solo los verdaderos íconos pueden reclamar.
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