HÉROES EN LA SOMBRA – GUITARRISTAS INFRAVALORADOS QUE FORJARON EL METAL A FUEGO Y CUERDAS
Por Junkies Sound
El mundo del metal ha sido moldeado por titanes de las seis cuerdas. Todos conocemos los nombres de Tony Iommi, Dimebag Darrell, Kirk Hammett o Dave Mustaine. Pero por cada ícono consagrado, hay al menos una docena de guitarristas que, desde las sombras, han tallado riffs brutales, solos endemoniados y armonías que podrían derretir acero, sin recibir ni una fracción del crédito que merecen.
1. Jeff Loomis – Nevermore / Arch Enemy
Virtuosismo, técnica de otro planeta y una afinación que cruje los huesos. Loomis es una fuerza incontrolable, cuyo trabajo con Nevermore marcó una era del metal progresivo moderno. Su fusión de thrash, progresivo y neoclásico es una masterclass que sigue siendo pasada por alto por la crítica mainstream. Y ahora en Arch Enemy, sigue demoliendo cuellos sin hacer ruido en los rankings.
2. Andreas Kisser – Sepultura
Muchos asocian a Sepultura con Max Cavalera, pero fue Andreas quien dio forma al sonido más técnico y experimental de la banda. Su trabajo en discos como Arise o Chaos A.D. muestra un rango que va del thrash al groove, con una brutalidad quirúrgica. Kisser es, sin duda, uno de los pilares más sólidos del metal latinoamericano.
3. Akira Takasaki – Loudness
El guitarrista japonés que hizo tronar el metal en los años 80 desde el otro lado del mundo. Su velocidad, melodía y presencia escénica eran dignas de cualquier dios del shred. Pero por barreras culturales y geográficas, su legado ha sido relegado a la categoría de “culto”.
4. Michael Amott – Carcass / Arch Enemy / Spiritual Beggars
Conocido por Arch Enemy, pero Amott ya estaba reescribiendo las reglas desde Carcass. Su enfoque melódico sobre una base death metal extrema fue clave para crear el melodic death metal como lo conocemos. Un innovador que rara vez es citado al nivel de los grandes, pese a haber influido a generaciones enteras.
5. Ron Jarzombek – Watchtower / Spastic Ink
Si Frank Zappa hubiera tocado metal, probablemente sonaría como Jarzombek. Técnicamente imparable, caótico y brillante, sus riffs son como resolver ecuaciones algebraicas en una tormenta eléctrica. La élite del metal progresivo lo respeta, pero sigue siendo un nombre subterráneo.
¿Por qué están en la sombra?
Marketing limitado, decisiones de sello, personalidades introvertidas o simplemente estar adelantados a su tiempo. Las razones por las que estos guitarristas no reciben la atención merecida son variadas, pero su talento es innegable. Son los arquitectos ocultos del sonido que idolatramos.
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