martes, 20 de mayo de 2025

𝙳𝚊𝚟𝚒𝚍 𝙻𝚎𝚛𝚖𝚊 “𝙴𝚕 𝙹𝚎𝚏𝚎 𝙶𝚞𝚊𝚍𝚊ñ𝚊”: 𝚕𝚎𝚢𝚎𝚗𝚍𝚊 𝚒𝚗𝚍𝚘𝚖𝚊𝚋𝚕𝚎 𝚍𝚎𝚕 𝚛𝚘𝚌𝚔 𝙼𝚎𝚡𝚒𝚌𝚊𝚗𝚘



En un escenario iluminado por potentes focos, el Jefe Guadaña extiende los brazos con carisma y fervor. Con su voz rasposa y letras directas, David Lerma se convirtió en un ícono de la contracultura mexicana, el “alma y voz” de una generación de rockeros urbanos Nacido el 1 de febrero de 1964 en Tlalnepantla (Estado de México), Lerma creció entre los sonidos rebeldes del barrio y el rock and roll latinoamericano de niño se ganó el apodo curioso de “El Guadaña” al confundir la palabra “araña” con “guadaña” y en 1983 fundó con sus amigos la Banda Bostik, que pronto se consolidó como una de las agrupaciones más trascendentales del rock nacional Desde sus inicios, Lerma mostró una pasión innata por la música y un fuerte compromiso con la realidad social de su entorno valores que marcarían su carrera entera.


ʀᴀÍᴄᴇꜱ ᴅᴇʟ ɢᴜᴀᴅᴀÑᴀ
Originario de la colonia La Blanca en Tlalnepantla, David Lerma respiró desde pequeño el aire del rock de barrio. Desde adolescente mostró inquietud artística, aprendió los acordes del rock and roll y grabó una voz “aguardentosa” que reflejaba la furia y la esperanza de su gente su apodo “El Guadaña” se hizo leyenda: más que un mote, fue la impronta de identidad de quien convertiría la crudeza infantil de esa palabra en los himnos de los olvidados. En 1983, con apenas 19 años, Lerma lideró la fundación de Banda Bostik junto a sus compañeros del barrio ese mismo año –y desde entonces– la voz del Jefe Guadaña resonó potenciada sobre guitarras eléctricas, dando inicio a una aventura musical que narraría por primera vez la vida cotidiana de la clase trabajadora mexicana.


ʙᴀɴᴅᴀ ʙᴏꜱᴛɪᴋ: ᴠᴏᴢ ɪɴꜱᴜʀɢᴇɴᴛᴇ ᴅᴇʟ ʙᴀʀʀɪᴏ

Banda Bostik nació en el “corazón de Tlalnepantla” (según relatos de la época) como una voz auténtica de los barrios populares David Lerma fue el alma combativa de esta propuesta: con su voz rasposa y sus letras sin concesiones, conectó profundamente con un público que hallaba en sus canciones los relatos de su propia lucha Bostik retrató en voz alta la desigualdad, la migración y la represión cotidiana; cada tema era un fotograma realista de la vida en las calles de México. Canciones emblemáticas como “Viajero”, “Tlatelolco” y una versión rabiosa de “Déjala Ser” se convirtieron en himnos callejeros –verdaderas proclamas de resistencia que marcaron a fuego la memoria de una generación

El impacto de Bostik fue inmediato: en los años ochenta compartieron con leyendas coetáneas (Alex Lora, Lalo Tex, Charlie Monttana) el trono del rock Mexicano, con el tiempo, el llamado “rock de barrio” rompió con lo comercial y cimentó un movimiento independiente. Banda Bostik, gracias a Lerma, fue pionera en dar voz a los marginados En miles de tocadas por foros independientes y festivales locales, su música resonó como puente entre las colonias populares y la cultura rock nacional


ʜᴇʀᴍᴀɴᴏꜱ ᴅᴇ ʀᴜᴛᴀ: ʟᴀ ᴇꜱᴄᴇɴᴀ ᴅᴇʟ ʀᴏᴄᴋ ᴜʀʙᴀɴᴏ
Más allá de los escenarios, el Guadaña tejió hermandades en la escena roquera. Era común ver a Lerma conversando con otros pioneros del género: de hecho, Luis Álvarez “El Haragán” –otro icono del rock mexicano– le dedicó públicamente emotivas palabras de gratitud por el apoyo recibido. En redes sociales, El Haragán escribió: “Gracias Guadaña… por haber creído en mí. Dejas una huella imborrable en el movimiento del rock mexicano” Este testimonio revela que Lerma impulsó a sus colegas con fe inquebrantable. Asimismo, agrupaciones amigas se volcaron en el duelo: la banda Panteón Rococó lamentó su partida escribiendo “Nunca olvidaremos tu amistad y camino recorrido a tu lado” mientras los rockeros de Royal Club destacaron su legado con un mensaje lleno de “fuerza, corazón y resistencia” Todas estas muestras de cariño muestran cómo El Jefe Guadaña fue también mentor, compañero de ruta y fuente de inspiración para músicos nuevos y veteranos por igual.

ᴇʟ ʀᴏᴄᴋ ᴇɴ ʟᴀꜱ ᴠᴇɴᴀꜱ: ᴘᴀꜱɪÓɴ ʏ ʀᴇꜱɪꜱᴛᴇɴᴄɪᴀ
Para David Lerma, el rock no fue solo música: fue forma de vida. Se le veía en escena con sus inseparables pantalones de mezclilla y zapatillas converses, encarnando el “rock and roll en su estado más puro” Era un espectáculo visceral: gritaba al micrófono como un trovador urbano, y se sumergía entre el público en cada tocada. A pesar de los “varios problemas de salud” que enfrentó en los últimos años, nunca se rindió: Lerma mantuvo su energía en los escenarios y en el estudio Incluso tocó en conciertos esporádicos y grabó hasta donde le permitieron las fuerzas, como un guerrero que se niega a abandonar el terreno de batalla. Su militancia rockera quedó plasmada en su compromiso social; cada letra que escribía era una crónica sincera del México profundo, una invitación a la conciencia de clase que, según sus propias palabras, documentaba “la vida cotidiana y la lucha social”


ᴇʟ ʟᴇɢᴀᴅᴏ ᴇᴛᴇʀɴᴏ ᴅᴇʟ ᴊᴇꜰᴇ ɢᴜᴀᴅᴀÑᴀ
Con la partida de David Lerma, el rock mexicano perdió a uno de sus pilares. Sin embargo, su legado es inmortal. Como bien señaló la prensa especializada, Lerma se marchó “dejando una huella imborrable” en el género: su trayectoria marcó un punto de inflexión en la historia del rock nacional y su influencia perdura en las nuevas generaciones que siguen tocando desde los márgenes. Mientras resuenan en el aire las últimas notas de “Viajero” y el eco de sus discursos inquebrantables, los seguidores del barrio saben que el Jefe Guadaña vive en cada verso de protesta. En el fondo, David Lerma nos enseñó que el rock auténtico nunca muere: es un espíritu colectivo que sigue vivo en calles, bares y festivales, recordándonos que la rebeldía y la esperanza siguen siendo su mejor himno.

Descansa en paz, Jefe Guadaña. Tu voz, tu lucha y tu canción seguirán resonando por siempre en el corazón del rock mexicano.



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